Voy a
hundirme en el salto
Voy a
llegar adonde alguien me espera
Podés
confiar en lo que no dice tu mirada
En tu
exactitud
Verías tu
suerte
En un
millón de hojas secas pisadas por la lluvia
No deberías
asustarte de vos mismo
Tu locura
nunca fue una paciente desesperación
Ahora que
es de noche
Podés oír
el golpe de tu sangre contra mí
Las flores
son bocas que se abren en la oscuridad
Podés oír
que algo late en secreto
Y nos hace
temblar
Si vieras mis zapatos
Sabrías que lugares me caminaron
Cuántas tormentas me dejaron los dedos como pasas
Si vieras mi piel como callo o llaga
El sol golpea el horizonte
Y se hunde como un disco en la tierra y la corta
Por cuántos lugares busqué tu voz
Por los montes y por la estepa
Ya ni se ve lo que el sol prodiga
Fui un lobo, un crespín, zorro
Apoyé la cabeza en cada puerta
A ver si podía escucharte en una pieza, en un baño
Te busqué en bares de muchachos
Que relajan su revólver sobre la mesa
Le pregunté a todas las putas
A todos los travas que se venden hasta tarde
Desperté a las monjas y a los trapenses
Hablé con Juan y con los toxis disfrazado de Pokemón
Hasta le recité poemas a la muerte
Mientras
las nubes caminan mis ojos,
Mientras el
reflejo estira tu rostro
Y en tu
cara se estira mi lágrima
Mientras tu
lágrima de vidrio
Es una copa
que se rompe en mi boca
Mientras tu
boca me dice adiós
Y en el adiós
se arrastran las nubes
Mientras
las nubes se escapan
Sobre el lento
destello del río
Y en el río
remanso se suben los tigres
Mientras
los tigres se rugen
Sobre la
larga lágrima de este oscuro río
Y en el río
trazo oscuro de esta lágrima
Mi lengua camina
al fin tu sal.
Y cada
camino espera su huella
Y cada
piedra se gastará por la lluvia
Cada
botella espera su beso
Y mientras
los changos duermen
El viento
canta
Y los
animales vendrán en silencio
Y la luz no
les llegará
Y nunca sabremos
bien lo que perdimos
O lo que
ganamos
Vendrán las
estrellas y pasará la luna
Y cada
cuerda tendrá su pulso
Y cada
letra tendrá su voz
Y el
cordero entenderá
El filo de
este trazo
Y
cantaremos
Hasta que
la lengua se nos haga ceniza
“…Max se marchó navegando a través del día y de la noche, entrando y saliendo por las semanas, hasta llegar a donde viven los monstruos.” (Maurice Sendak)
Si mirás
bien el camino
Pensás que
me seguís
El
silencio, las piedras
Y tu sueño
Me fui de
las trampas
Por la
noche
Llevo los
dientes de la luna
En el
pantano
Y es mi voz
como la mancha
Que se
hunde en las heridas
Soy las
hojas y las ramas
Que se
quiebran
Una
estrella en el fondo
De la
fuente
El que
viene y nunca llega
El que te
mira
Apenas
dejás de respirar
Que deje de
saber cosas inútiles
Que empiece
a pensar cómo conseguir
Un
buen trabajo, un buen morlaco
Que deje de
pensar en los demás
Que me
consiga un auto y una mujer
Y tenga un
hijo
Otro día le
dije a mi corazón
Que se
olvida de sus amigos
Que empiece
a querer solo a sus padres
Que aprenda
a odiar y a odiar bien
A cada uno
que se haga el vivo
Que sea
feliz de vacaciones y fines de semana
Y que
soporte las amarguras del trabajo
Otro día le
dije a mi voz
Que pare de
cantar, hay mejores voces,
Que deje de
criticar y hablar de ciertos temas
Que aprenda
a tener un tono prolijo entre dientes amables
Que sepa
callarse y callarse bien a tiempo
Porque uno
es esclavo de sus palabras
Y dueño de
sus silencios
Que su
verdad se muera en la garganta
Y soporte
ese dolor sin lagrimear
Pero mi
cerebro siguió empujando el cráneo
Y mi
corazón golpeó la puerta cerrada de mi pecho
Y las
hormigas de las palabras comieron mi lengua
Y mi voz me
dijo antes de irse
Que esta es
la tristeza
De los que
olvidan a su cerebro
A su
corazón
Y a su voz
La pena de
secarse día a día
Como
cualquier persona normal
