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miércoles, 10 de noviembre de 2021

El Máquina, lee trajeado


Entonces un día le dije a mi cerebro

Que deje de saber cosas inútiles

Que empiece a pensar cómo conseguir

Un buen  trabajo, un buen morlaco

Que deje de pensar en los demás

Que me consiga un auto y una mujer

Y tenga un hijo

 

Otro día le dije a mi corazón

Que se olvida de sus amigos

Que empiece a querer solo a sus padres

Que aprenda a odiar y a odiar bien

A cada uno que se haga el vivo

Que sea feliz de vacaciones y fines de semana

Y que soporte las amarguras del trabajo

 

Otro día le dije a mi voz

Que pare de cantar, hay mejores voces,

Que deje de criticar y hablar de ciertos temas

Que aprenda a tener un tono prolijo entre dientes amables

Que sepa callarse y callarse bien a tiempo

Porque uno es esclavo de sus palabras

Y dueño de sus silencios

Que su verdad se muera en la garganta

Y soporte ese dolor sin lagrimear

 

Pero mi cerebro siguió empujando el cráneo

Y mi corazón golpeó la puerta cerrada de mi pecho

Y las hormigas de las palabras comieron mi lengua

Y mi voz me dijo antes de irse

Que esta es la tristeza

De los que olvidan a su cerebro

A su corazón

Y a su voz

La pena de secarse día a día

Como cualquier persona normal

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